En una conferencia pronunciada en el Congreso Internacional de Matemáticos celebrado en París en 1900, Hilbert intentó basándose en las principales tendencias de las investigaciones matemáticas de fines del siglo XIX, predecir de alguna manera la o las direcciones futuras de los progresos matemáticos. Para ello, propuso 23 problemas que, para él, representaban los puntos de discusión que podrían hacer progresar las matemáticas.
El primer problema se refiere a la estructura del continuo de los números reales:
El segundo problema tiene que ver con la cuestión de saber si se puede demostrar que los axiomas de la aritmética son consistentes, es decir que un número finito de etapas lógicas fundamentadas en esos axiomas no puede conducir nunca a resultados contradictorios. La respuesta de Gödel en 1931 resolvió negativamente este segundo problema, porque demostró que en el interior de un sistema existe siempre una proposición al menos que no puede ser demostrada basándose únicamente en los axiomas del sistema.
El séptimo problema consiste en saber si
donde
es algebraico y diferente de 0 y de 1, y ß es irracional y algebraico,
es trascendente. El problema fue resuelto en 1934 por Gelfond. Otras
cuestiones relativas a este problema no han sido todavía resueltas:
si
y ß son trascendentes, ¿es
trascendente?.