Con el trabajo del siglo XIX sobre irracionales algebraicos y trascendentes
se dio un paso en la mejora del conocimiento de los números irracionales.
La distinción entre irracionales algebraicos y trascendentes se hizo
en el siglo XVIII. El interés en esta diferenciación se intensificó
en el siglo XIX por el trabajo sobre resolución de ecuaciones, porque
este trabajo reveló que no todos los irracionales algebraicos se podían
obtener por operaciones algebraicas sobre números racionales. Por
otra parte, el problema de determinar si e y eran algebraicos
o trascendentes continúo atrayendo a los matemáticos.
Hacia 1844 la cuestión de si había algún irracional trascendente estaba abierta. En ese año Liouville (1809-1882) demostró que
Para demostrarlo Liouville primero probó algunos teoremas sobre aproximación de irracionales algebraicos por números racionales.
Liouville probó que
Esto significa que cualquier aproximación racional a un irracional
algebraico de grado n por cualquier
debe ser menos
precisa que
. Por otra parte podemos decir que si
x es un irracional algebraico de grado n, hay un número positivo M
tal que la desigualdad
. no tiene
soluciones en los enteros p y q para µ=n y por lo tanto para
µ menor o igual que n. Luego M es trascendente si para un
M fijo y para todo entero positivo µ la desigualdad tiene
una solución p/q. Demostrando que sus irracionales satisfacen este
último criterio, Liouville probó que eran trascendentes.
El siguiente gran descubrimiento en el reconocimiento de los números trascendentes específicos fue la demostración de Hermite (1822-1901) en 1873 de que
La demostración de Hermite consiste esencialmente en demostrar que
la ecuación
donde e,
que es el número de Euler, no puede existir. En la última parte de
su memoria, Hermite aplica su método de demostración para obtener
aproximaciones tales como
y
Después de obtener este resultado, Hermite escribió a Carl Wilhelm
Borchardt (1817-80), No me he atrevido a intentar la
demostración de la transcendencia de . Si otros lo intentan
nadie será más feliz que yo, pero créeme, mi querido amigo, no dejará
de costarles algunos esfuerzos.
Lindemann (1852-1939) demostró la trascendencia del número
en una memoria publicada en los Mathematische Annalen
en 1882, bajo el título de Uber diez Zahl
(Sobre el número). Siguiendo un método semejante al de Hermite, Lindemann
demuestra que el número e no puede satisfacer idénticamente la ecuación
En efecto, hagamos en n=2,
y
.
Se constata que
no puede ser algebraico para un
que sea algebraico diferente de 0. Como
puede ser 1,
es trascendente. Así, sabiendo que
para
,
el número
no puede ser algebraico. Pero i es un número algebraico,
por lo que
ya que el producto de dos números algebraicos es algebraico.
Paco Villegas